Puede que sientas miedo de tener dolor en el parto o de no poder llegar a ser una buena madre, pero intenta tener fe en ti para estar más tranquila y confía en que tu puedes y que otros te ayudarán.
Para ello suelta el control de la situación y acepta lo que la vida te trae, viviendo en el presente, que es lo único que puedes manejar.
Trata de ser positiva y refúgiate en un lugar donde brote el humor, siempre tan sanador.
Distánciate de las criticas y afianza lo que eres para que no aniden en tu ego y te molesten. Rodéate de gente que te aprecia porque el cariño que recibas lo va a sentir a la vez el bebé.
Cuantas más situaciones negativas tengamos más habrá que procesarlas para deshacernos de ellas. Escúchate más y sabrás lo que te conviene para llegar a un estado neutro.
Intenta bajar el ritmo estando embarazada para que la vida sea más llevadera.
Piensa en lo que te hace feliz, busca un lugar que sea tuyo y encuentra allí la paz.
Habla con tu ginecólogo o tu matrona para decirle tu temor o dudas sobre el parto y ellos te ayudarán a relajarte. Ahora con los avances médicos todo es más llevadero y es increíble cómo estamos hechas las mujeres para poder dar a luz, es lo más bonito que haremos en nuestras vidas. Coméntale también de un posible cansancio o tristeza que hacen que las cosas parezcan más difíciles, afectando a tu humor.
Cuando encuentres por fin la mirada de tu bebé pensarás que todo esto mereció la pena.
